Monday, September 10, 2007

La nueva Reforma

Dave Hunt, en un reciente artículo para la iglesia norteamericana escribió lo siguiente: “Han transcurrido casi 500 años desde Octubre 31, 1517. Necesitamos una nuevaReforma, esta vez más bíblica y más completa. Lo que la Biblia claramente llama ‘pecado’ en los tiempos de hoy es llamado un modo de vivir “alternativo” o “diferente”. Nada es malo y por lo tanto tampoco nada es bueno. La iglesia se ha unido al mundo, el evangelio se ha corrompido y nosotros creemos que a Dios no le importa. Las palabrasde Elías de hace 3,000 años nos reprenden ahora, así como lo hizo en ése entonces a Israel: “¿Hasta cuándo van a seguir indecisos? Si el Dios verdadero es el Señor, deben seguirlo; pero si es Baal, síganlo a él.” (1 Reyes 18:21) Más del 90 por ciento de los estadounidenses dicen creer en Dios. Acerca de 80 porciento se llaman cristianos. Pero cuando se les pregunta cómo definen a Dios, las respuestas varían de la “Madre Tierra” a un “poder superior.” Aún aquellos que dicen ser ‘nacidos de nuevo’ niegan que Jesucristo es el “único camino a Dios.”

Aproximadamente el 70 por ciento de los estadounidenses, de los cuales el 64 por ciento se llaman ‘nacidos de nuevo’ y el 40 por ciento de los llamados evangélicos, rechazan la idea que existe una verdad absoluta. Y muchos de aquellos que dicen creer en absolutos, han caído como víctimas del desinterés universal de hablar la verdad. En una descripción profética para nuestros días, Dios advirtió: “Así se le vuelve la espada al derecho, y se mantiene alejada la justicia; y a la verdad se le hace tropezar en la plaza, y no le damos lugar a la honradez. No se ve la verdad por ninguna parte; al que se aparta del mal lo despojan de todo. El Señor lo ha visto, y le ha disgustado ver que no hay justicia alguna. (Isaías 59:14, 15).” Pocas veces en la vida de la Iglesia de Cristo ha habido tanta confusión como en la actualidad. Jamás tanto desinterés por la verdad. Tanto desinterés por amar esta Verdad. Difícil encontrar otra época en la historia cristiana donde los pastores y líderes hayan jugado a la iglesia como ahora. Ya seamos Pentecostales, Bautistas, Carismáticos, Reformados o sin “Denominación”, todos estamos sumergidos en soberbio lío espiritual. Creemos que sabemos hacia donde vamos, pero los resultados visibles arrojan otra medición. Nuestras iglesias están llenas de gente. Cristo esta de moda. Ser un cristiano -no católico- es “casi ya’ parte de una nueva cultura que nos rodea.
Los pastores parecen flautistas de Hamelin, y multitudes de ovejas les siguen a ciegas. No importa lo que crean, prediquen, o sean sus vidas personales y familiares. Pero, la ausencia de compromiso nuestro con Cristo, la auto-negación de lo que somos y quisiéramos ser, de nuestras agendas personales, brilla por su ausencia. Verdad y Práctica no se abrazan a mitad de camino.“Yendo ellos, uno le dijo en el camino: Señor, te seguiré adondequiera que vayas. Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza. Y dijo a otro: Sígueme. El le dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre. Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino deDios. Entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa.Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios. “(Luc 9:57 -62)

Ahora se nos habla de creyentes que no son discípulos de Cristo, ni se someten a su Señorío. Les han dicho y profetizado que ya eso no es necesario para ser salvos. Ahora somos “socios de Dios’ en sus proyectos. Ahora sembramos semillas en el Reino e invertimos en el banco celestial para cosechar o cobrar cheques materiales y económicos. Ahora hacemos transacciones con Dios… si me das te doy…..Ahora somos nosotros los que diseñamos el traje que nos ponemos para decir y mostrar como y quien es un creyente. ¡Quien sabe si de momento se desatará una persecución física contra los no creyentes porque parecería que ellos serán los aborrecidos del mundo!. Ellos, los impíos e inconversos serian los llevados a las hogueras por su firme testimonio de pecado. Los nuevos cristianos que pretenden formar una súper sociedad cristina y gobernar el mundo ¡quizás lo hagan!. En otras palabras,… estamos sin rumbo. Jamás la Iglesia de Cristo ha coqueteado tan descaradamente con el mundo. Con los políticos. Con los gobiernos. Ahora profetizamos por dinero y honra a quienes serán presidentes del país. Estamos de luna de miel con las riquezas, el dinero, las posesiones y el poder. Con los colores, sabores y música del mundo. ¡Es increíble! La iglesia tiene hoy una aceptación casi universal por parte de la sociedad actual y del mundo que le rodea que provocaría a envidia a Cristo y sus Apóstoles. Algo está
cancerígenamente mal, muy mal y casi haciendo metástasis. El Señor Jesucristo advirtió:“Esto os mando: Que os améis unos a otros. Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece. Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra. Mas todo esto os harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado. Si yo no hubiera venido, ni les hubiera hablado, no tendrían pecado; pero ahora no tienen excusa por su pecado. El que me aborrece a mí, también a mi Padre aborrece.”(Jn 15: 17-23) Pero nosotros somos más sabios que El. Que los apóstoles. Hemos encontrado las formas y medios para que Cristo, Su Cruz y nosotros ya no seamos rechazados y aborrecidos por el mundo exterior. Ya tenemos sus mismos labios y gargantas, nos interesan las mismas cosas, luchamos por los mismos fines materiales y económicos, de status social.

Nos callamos con el mensaje de Cristo cuando lo debemos proclamar desde las azoteas. Nos avergonzamos de hablar de El. Nos avergonzamos de ser contados con el pueblo de Dios verdadero. Ya no queremos salir afuera del campamento a llevar su vituperio. Nos avergüenza el Cristo verdadero y su mensaje absoluto. (Heb 13:12-14). Ya no queremos cargar ni Su Cruz ni la nuestra. (Mat. 10:38. Luc 9:23) Por igual hemos aprendido dentro de la iglesia reunida a jugar con el mensaje de Dios, ha centrarlo en el hombre y sus necesidades (por no decir sus necedades) y no ha proclamar todo el Consejo de Dios, y los pocos que todavía lo hacen lo hacen distantes de Su Pueblo, sentados en sus primera sillas y asientos de sus sinagogas esperando el momento que las humildes ovejas les llamen ¡Rabí!!! Pastor!!!. Por inconcebible que parezca, existen iglesias que obligan a las hermanos a dirigirse con el titulo de Pastor o Reverendo a sus lideres como si esta humilde función fuera un puesto eclesiástico, un rango perteneciente a una casta superior espiritual o mas grave aun, como si las ovejas fueran de los pastores terrenales y no del Gran Pastor Celestial. ¡Gracias a El por las excepciones dentro de Su Pueblo! ¿Lo peor de todo?,…la tendencia de dividir el pueblo de Dios entre lo secular y lo sagrado, comenzando con sus líderes y ministros. El éxito o fracaso aparente de un ministro de Dios ya se mide por términos humanos, por su brillantez exegetica, tamaño de su iglesia, o territorio y alcance de su “apostolado” y no por las vidas transformadas de gloria en gloria y para la gloria de EL a través de sus ministerios. Hemos dividido en inútiles fragmentos el sacerdocio de todos los creyentes y lo que significa que todos somos ministros a tiempo completo del Señor Jesús. Aquí necesitamos una gran reforma. Muchos predicadores quienes son vistos como ministros a tiempo completo, no son ministros a los ojos del Señor. Conocemos a muchos pastores que reciben un salario pero que no ministran al Señor. No tienen ninguna carga de El. No le buscan diligentemente en oración. Y no obtienen sus “sermones” de El. En vez de esto, ellos toman prestados sus “sermones” de otros predicadores. De sus libros. Tales ministros son meros asalariados, que reciben un cheque por hacer su trabajo. Están faltos de oración, sin una palabra fresca del cielo y del trono de Dios. Sus ovejas se mueren de hambre y sed., aunque por afuera dicen “somos ricos y no tenemos necesidad de nada” (Apoc 3:17)

También conozco hermanos que tienen un conocimiento mucho más profundo de Cristo que los hombres que le pastorean. Esos son lo que quiero que sean mis amigos. Estas personas no reciben ni un centavo por ministrarle al Señor. Pero son conocidos en el cielo como ministros a tiempo completo. Son intercesores, con hambre por la verdad, sirviendo a Dios de todo corazón. Y son dados a la oración, encerrándose en silencio con Cristo con más frecuencia de lo que comen o descansan. Estos son ministros verdaderos, que hace tiempo han crecido mucho más que su pastor. De hecho, su pastor puede ser un náufrago, no un ministro de Dios. Estamos firmemente convencidos de que Dios desea que cada creyente tome parte en el ministerio a tiempo completo. La Escritura nos dice que todos somos llamados como sacerdotes delante del Señor. Sin embargo, primero tenemos que quitar de nuestras mentes que el ministerio a tiempo completo es una posición o profesión. A los ojos del Señor, el ministerio a tiempo completo es ministrarle a él mismo. Dicho de manera simple, podríamos estar como el apóstol Juan, abandonados en una isla, y podemos estar en el ministerio a tiempo completo. De hecho, consideramos a Juan uno de los ministros más nobles en la historia de Dios y Su pueblo. Y cuando ya no necesitemos más el aplauso humano, no necesitemos más una asignación, un plan o tomar parte en alguna obra grande, no necesitemos el respaldo humano o credenciales teológicas, no necesitemos una congregación o un edificio de iglesia, entonces, estaremos listos para lo que Dios ve como ministerio a tiempo completo. Y esta es la nueva reforma que necesitamos: Hombres y mujeres a tiempo completo en la obra del señor. Congregaciones que ya no sigan a ciegas a sus líderes sino al Señor de su Iglesia. Pastores que se despojen de una vez por todas del servilismo humano y sus tradiciones y doctrinas de hombres y sigan al Jefe de Su Iglesia: ¡A Cristo el Señor! La nueva reforma que necesitamos deberá comenzar por cuestionar todo a nuestro alrededor. El porque hacemos las cosas como las hacemos. No somos católicos para no poner en balanza a nuestras madres iglesias o denominaciones, sus líderes, sus doctrinas, sus prácticas y sus enseñanzas. Debemos comenzar (luego de pesar nuestro corazón) por ese tenebroso rincón de la casa y después proseguir con lo que nos coloca un gran peso de tradiciones humanas y de pecados para no correr la carrera que tenemos por delante.(Heb12:1-2)

La gran diferencia hoy con Octubre 3 del 1517, es que los temas básicos no son doctrinales en esencia, aunque hay muchos temas graves doctrinales que tenemos que enfrentar. No son temas como los que provocaron la reforma de Lutero o Calvino. Es aun más complejo. Se trata de un asunto del corazón, de la mente, del espíritu y de la voluntad. Pero que a muy pocos realmente les importa. Será la gran tarea de todos el volver a traer el pensamiento de lo que es e implica una verdadera conversión a Cristo. Ese cambio radical de corazón, mente y voluntad. El radical abandono de la idolatría al Yo, nuestras agendas y ambiciones personales. Y decimos que es complejo porque una gran parte de la iglesia no piensa de esta forma. Piensa y siente igual que el mundo que le rodea. Por ello una “Iglesia con Propósito” al diseño de Rick Warren es una iglesia ya sin propósitos divinos. Es volver a traer los conceptos claros de que es Su Iglesia, como funciona, y como deben ser sus lideres. En este tema creo que la iglesia de hoy es hija de una reforma inconclusa de los siglos que nos precedieron. El volver a la sencillez de la predicación de la palabra, el evangelismo abierto y el enseñar la Palabra de casas en casas y no solo en un centralismo peligroso en los sermones pastorales dominicales. Esto implica revisar y “revirar” muchos de los conceptos de la vida espiritual, de la iglesia reunida, el culto dominical, los sermones, las estructuras físicas, el uso del dinero. En fin, es una tarea descomunal la que todos debemos enfrentar por delante. Por igual conlleva el desarraigar las apostasías reinantes, como las falsas doctrinas centradas en lo sobrenatural, la prosperidad material o aspectos de la “adoración” actual. Ya es hora de que la iglesia detenga y eche fuera de nosotros a esos músicos que provocan a los inconversos y borrachos a baliar merengues y salsas con el sagrado nombre de Jesús en sus letras y líricas. De no hacerlo pronto, Las Avispas se nos devolverán y nos picaran en medios nuestros cultos y asambleas. Es hora de con el “azote de cuerdas” de la Palabra de Dios volquemos las mesas de los cambitas en el templo, de los que venden corderos y palominos para ayudarnos a adorar. Esta nueva casta de adoradores y sus casas disqueras se han convertido en los nuevos santos de yeso de nuestras iglesias, son la nueva decoración de nuestros “altares”, donde la gente va casi a postrarse ante ellos y adorarles. Ya no podemos vivir sin ellos y sus melodramas en las iglesias. Ya es hora de una nueva Reforma, y decir que NO a todo sistema eclesiastico lleno de mandamientos de hombres, que nos someten a “no ver, no tocar, no hacer”. Pero que no refleja el amor y la entrega que hizo que Jesus, sus apostoles y Su Iglesia Primitiva se ganaran el titulo de “Aquellos que trastornan al mundo entero ... “ (Hechos 17:6)

Vamos, prediquemos la Palabra, ayudemos a las vuidas y huerfanos (como diria mi amada)... Y si nos da verguenza hacerlo, significa que nunca conocimos a Cristo.... y necesitamos empezar de cero.